jueves, 16 de noviembre de 2017

13

No se parece en nada a Rimbaud.
Viejo, arrastra los pies
entre las mesas del shopping
y rescata las sobras:
algunas papas fritas,
un sorbo de Coca.
Todos los días,
cuando cae la tarde.
Nunca habla con nadie
A veces lo echan...
Él agacha la cabeza, se va.
Igual, para mí es nuestro Arturito.

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