domingo, 19 de noviembre de 2017

34

No pasa más el tiempo en Anhedonia
y ni siquiera una película.
Solo tengo un tomate, una cebolla
y un dudoso zapallito.
Claro ahora no importa la hora,
tampoco los pactos de sangre;
secas las pilas del alma
incluso a la sombra, en el jardín.
Si fuera al menos mi perro...
o esa pared desnuda de ladrillos.
Lejos del alrededor, el amor
apenas si se asoma para el doler.
Estos poemas de mierda
ya se olvidaron de mi corazón y mi furia.

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