miércoles, 8 de noviembre de 2017

LA DELEGADA DEL DOCKE VI

Ya las manos enlazadas suben al tren,
los primeros fantasmas,
los más inocentes, la despedida
y la última mirada de su padre
más allá del horizonte, en el sol.
Aquella remota esperanza,
los miedos de la libertad.
Después la marcha de los años,
esa felicidad de los cantitos.
La memoria entibia a los dedos,
la verdad del calorcito:
el crucifijo y el carnet del 46.
Y aparecen todos los compañeros:
la eterna historia de la delegada del docke.

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