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Alguien llama por teléfono,
pero nadie atiende.
Él ya metió la cabeza
afuera del cenicero
y descubrió el engaño.
Igual no dice nada.
La ventana espía
a su única sombra.
Podría ser un chiste
o esas pastillas,
cualquier foto vieja.
Otra vez el teléfono, alguien.
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