LOS GAJES DEL OFICIO
Demasiados poetas tan desgraciados:
perseguidos,
alcohólicos,
piratas,
sifilíticos,
melancólicos insufribles,
furiosos,
delincuentes,
solitarios,
asesinos,
trastornados mal,
cocaicómanos,
sucios,
fracasados suicidas
y etc., etc., etc.
Bah, simplemente demasiados poetas.
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