viernes, 17 de febrero de 2017

EXCRITURA DE GEORGE TRAKL

Ya el bosque, escondido, es el gemido mudo de las últimas sombras.
No tengo miedo, trato de entender;
a lo mejor distingo tu voz.
Imposible moverme, regresar,
este es el lugar para vivir.
Algunos ruidos, animales inquietos,
que buscan un refugio.
Aun tienen ese don perdido:
la inocencia ante la luna.
Voy a resistir las tentaciones,
el mundo no es humano.
Yo miro sin ver a las aguas,
ese espejo ciego que siempre deviene:
veo una barca lejana que, sin rumbo, desciende por las aguas negras.

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