domingo, 26 de febrero de 2017

EXCRITURA DE MALCOM LOWRY

Nada hay más humano
que esos silencios repentinos y extraños,
un galopar de la luz en el bar.

Así se aparece el verdadero paraíso,
mientras se mira otro rostro
en el ventana, la calma del monstruo.

Después alguien grita
y tiene razón, la muerte es insoportable...
humana como ese vaso sucio.

El último trago antes de partir
sin recordar el regreso,
el estallido mudo del volcán en el alma.

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