EXCRITURA DE ALLEN GINSBERG
Por la orilla del muelle, botellas y latas y frutas podridas,
y el ocaso sobre las colinas.
El agua aceitosa reflejaba el cielo enrojecido, furioso;
unos vagabundo en la ribera.
Pero en ese girasol había otra sombra, transparente o gris,
tan desolado contra el ocaso.
Así, ahí, en el crepúsculo, toda la gloria de su forma,
un ojo natural para la vieja luna.
Jack Kerouac sentado junto a mí, los mismos pensamientos:
éramos también girasoles vivos.
,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario