viernes, 10 de febrero de 2017

EXCRITURAS SIN PROPIEDAD

No me pertenece este único aire,
ni el agua, la tierra, el sol.

Ningún hombre o mujer,
perro, gato, ratoncito, ese colibrí.

Tampoco la voces de la memoria,
aquella noche inolvidable en Epuyen.

No sé de quién son los zapatos,
apenas sigo sus huellas.

No soy dueño del silencio,
el nombre del verdadero nombre.

Menos aun la desesperación,
ni la calma de la muerte.

No me pertenece mi cuerpo,
y me regalo estas palabras.

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