domingo, 19 de febrero de 2017

EXCRITURA DE ISIDRO VELÁZQUEZ

Con las puntas de su pañuelo y su sapucay,
Isidro desaparece y aparece, siempre.
Ante las tantas humillaciones, las miserias,
el payé acompaña las huellas del bandolero.
Oculto en los montes, libre,
la partida olfatea la sangre: su justicia.
Pero el cabalga en otro tiempo,
y sus andanzas inventan la memoria.
Ningún documento lo atrapa, se burla,
él prefiere la pólvora y el chamamé.
Mienten, si dicen que está muerto;
también los consuelos de la leyenda.
Todavía, limpias como algodón, crecen
las llamas benditas del árbol del Vengador.

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