lunes, 20 de febrero de 2017

ENGAÑOS DE LA ESPERA

Siempre irritantes,
las chicharras aturden en la poca sombra.

Un vecino
también insiste con algunos chamamés.

En silencio,
el laurel y el mate y los cigarrillos.

Ahí, lejano,
el lápiz mudo sobre el papel en blanco.

Inútil el cielo,
la mirada se olvida en las nubes..

Los latidos,
todavía resisten el eco frente al muro.

Pasa y no pasa,
el tiempo sin asombro en la brisa.

A estos versos
ni siquiera crecen le los yuyos del jardín.

Apenas la tarde,
ese engaño escondido ante la única espera.

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