jueves, 23 de febrero de 2017

EXCRITURA DEL "FRENTE" VITAL

Al llegar a la villa saltó de la moto.
Los pasillos eran cómplices,
corrió junto a los pibes, asustados,
ya aturdía la cumbia como una sirena.
Él temblaba y reía, vio una puerta
y entró, y otra vez todo bien,
Apenas unos minutos, la puerta cayó:
una cuarenta y cinco, la venganza.
Él se rindió al ver el uniforme,
levantó una mano para detener las balas.
Después lo convirtieron en santo,
pero su cadáver todavía baila cumbia.


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