EXCRITURA DE REINALDO ARENAS
Yo opongo este canto casi mudo, secreto y violado,
las manos del barro,
el rostro maquillado de una vieja marica,
la furia incesante de la lluvia,
una pancarta urgente y chillona,
ese cangrejo solito en la arena,
millones de hambre de niños,
aquella ruta que no viene ni va,
el olor de mi semen,
los ojos del peor infierno;
yo opongo, me opongo a la hipocresía de este mundo.
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