jueves, 23 de febrero de 2017

BANALIDAD DEL PLACER

Hoy la fortuna está de mi lado; ahí,
con casi cuarenta de sensación térmica,
un banco y gran árbol de sombra.
Pocos en la plaza, apenas la musiquita
y las vueltas de la calesita.
No me alcanza para un poema,
ni siquiera para recordar a Tuñón.
Pero recién, al bajar del tren, un cartel,
cartón berreta, trazos dudosos,
un vendedor desanimado;
lo leí dos veces: "Placer 10 $".
Después asimilé la confusión, o no,
sería una golosina o un refresco,
igual evité cualquier conjetura.
Rápido me perdí entre los puesteros,
contento de caminar por Catán, solo,
mientras espero para ir al trabajo.
Y acá estoy, al menos un ratito;
por momentos -lo reconozco-,
casi una forma de negar lo peor.
A pesar de fortuna y esta sombra,
ese cartel, entre las vías, dice la verdad:
el placer se vende muy barato
y ya casi no tiene ese gustito a dolor.

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