EXCRITURA COYUNTURAL DEL MACRISMO
Ya no puedo soportar ninguna noticia
y menos caminar por las calles.
Por suerte, ya bajé unos diez kilos
y empiezan a asomar las costillas.
Afuera o adentro, apenas se respira:
ahora gobierna la indiferencia y el odio.
En cada rincón amenaza un uniforme
y después te persigue en las pesadillas.
Apenas guardo pelusitas de esperanza
en los bolsillos demasiado rotos.
Igual, no me alarma ni me asombra;
en nada afecta a la verdad de la memoria.
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