sábado, 6 de agosto de 2016

EXCRITURA DE KAFKA

Aquí y allá, en cualquier lugar, en todo lados,
él siempre escucha el canto de Josefina;
en realidad, un chillido inhumano o celestial.
Cuando hace las compras por el barrio,
mientras viaja en subte a la oficina,
o al atender el teléfono durante la noche.
Adentro de su cabeza, ella no cede, eterna.
También sabe -aunque nadie se lo explica-
que solo invade, implacable, a los oídos sordos.
Él ya no lo puede evitar, y casi lo disfruta:
su canto no significa nada, apenas enmudece al sentido.

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