lunes, 1 de agosto de 2016

EXCRITURA DE SILVINA OCAMPO

La nena  que fui todavía vibra en mí,
y sigo siendo una nena.
Hice las cosas que me prohibían,
a escondidas, me gustaba esconderme.
Por eso buscaba a los chicos pobres,
no era inútiles como mis primas,
tan impecables y no sabían robar nada.
Pero la gente siempre me ha perturbado,
nunca son sinceros los otros.
Así que no soy sociable, soy íntima.
Mi inteligencia me la da la sensibilidad.
Todavía, ¡qué suerte!, vibra en mí la nena.

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