sábado, 20 de agosto de 2016

EXCRITURA DE RULFO

Cada día te siente más cercano, como si yo también fuera un fantasma de Comala.
No importa que mi ciudad es una interminable cadena de casas, edificios y comercios más o menos modernos, y tampoco que tenga una calle peatonal y hasta un shopping. Cada vez que salgo, todo mi alrededor se disuelve y apenas quedan las sombras de miles de figuras ausentes, y por lo general muy apuradas. Claro que también hay de todo, aunque nada parece estar vivo.
Ni yo, salvo cuando me olvido de mí y puedo viajar a otro lugar...Aunque, para serte sincero, pocas veces pienso en la devastada Comala. Para eso, me sobra con asomarme al balcón. Claro que varias veces, ahí, sentadito, me pongo a releer tu novela; y entonce me pierdo y me encuentro, y de a poco llega la noche y la soledad en lo oscuro se adueña hasta del aire. Así es como te siento, cada día más cercano, justo en ese momento, al dudar de mi propia respiración al cerrar el libro.
Y ahora que lo pienso, no tendría nada de malo irme a conocer Comala, pasar un días, dar una vueltas, comprobar que tampoco pasa nada.

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