LA NUEVA URBANIDAD
Cada movimiento, un ladrillo;
así hasta construir el escondite.
Todos los días, sin distracciones
y sin descanso, hasta el final.
Solo paredes y paredes y paredes,
y miedo, de un lado y del otro.
Si se siente atrapado, mejor,
hay que aprender de las ratas.
A veces, agregar algún adorno,
esos sugerentes alambres de púas.
Hasta escapar del sentido y el sol.
para estar tranquilo, casi muerto.
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