lunes, 25 de julio de 2016

EXCRITURA DE LEOPOLDO CASTILLA

Ninguna palabra alcanza a la tierra.

Ese enorme arco iris herido
y lejos.

El vacío sosteniendo un cóndor,
¿solo?

Junto al adiós de las ánimas,
otro derrumbe.

Apenas el fuego de las cenizas
sin huellas.

Y desde la niñez a la muda vejez,
penar.

La tierra siempre enlutada de tiempo.

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