EXCRITURA DE A.R. AMMONS

En cierto modo parece más que suficiente
ver y oír lo que va y viene y sus susurros.

El agua oscura baja por Gravelly Run
parar dejar sus huellas a los pies del puente.

Aquí, no es tanto conocer el sí mismo
como imaginar la galaxia en esas piedras.

Ningún dios en los acebos del bosque,
tampoco cantan las hierbas dolidas por la nieve.

Los cristales del aire sellan el paisaje
y de nada sirve intentar con la filosofía.

Ya rendido y forastero entre las formas
vuelvo a la senda del lugar más real: el poema.