EXCRITURA DE TROILO

A esta altura de la historia
nadie se atrevería a dudar,
de que la olvidada enumeración
sobre la mesada de la cocina
es tu versión del cadáver surrealista:
restos de pollo con arroz,
cuchillo con dientes de membrillo,
carozos, semillas y yerba
suman cacharros sucios y tiempo
a los dominios de tu retaguardia clásica;
porque se trata solo de hasta ahí,
de contemplar la realidad
y descubrir sin ganas cuánto tarda
en ser lo que es cuando se pudre.
Será que tu papada supo siempre
que los verdaderos sueños
nunca se escriben ni pintan
y no llegan a ningún museo;
apenas son esa parte triste de la sangre,
como el fraseo de tu bandoneón
o el latido mudo de los gusanos
a esta altura bien bajo la tierra.