domingo, 17 de julio de 2016

ORÁCULOS IDIOTAS

Sordo y mudo, nadie y todos
-como varios escribieron sobre el divino Shakespeare-,
el idiota hoy no quiere salir.
Arrodillado sobre una silla, solo mira desde la ventana.

A las excrituras, esta escena
casi irreal las obliga a exprimir sus profusos prejuicios.
De modo por algún motivo se inclinan al desastre:
el triunfo final de la Gran Pena.

Claro que no esperan este viento
y el balanceo violento de las suaves alturas del pino.
¿Ya lo sabía el oráculo del idiota?
No importa; ahora corre feliz hacia la pura vida del jardín.

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