EXCRITURA DE HEGEL

Solo a vos se te ocurrió una recompensa
para coronar el movimiento sensato y progresista
de la imagen de la aurora que ilumina...
¿Qué?, si nadie puede ver su propio rostro.
Solo a vos, y por eso te escribo esta carta, inútil,
que no vas a leer porque seguro ya sabés
o supiste siempre desde tu primera gran idea:
esa visión perfecta del todo y de la parte
en las consideraciones previas a la fenomenogía.
Así estimado Hegel, sin darte cuenta, nos jodiste
con la promesa irreversible de una nueva época.
Y pusiste la verdad de la razón en todas las mesas,
hasta confundirlas con la realidad del agua y el pan.
Tan claras esas palabras que me asustan y mucho,
y aunque no me atrevo ¡ay! dan ganas de borrar.
Así que atentamente te las dejo a vos, solo a vos,
como una recompensa insensata y humilde,
para que sobrevivas la mentira de tu inmortalidad.