domingo, 31 de julio de 2016

EXCRITURA PARA LA MADRE HOGHART

A pesar de mi amor incondicional, a la bondadosa madre Hoghart no le agradan - ni ahí- las excrituras. Me acusa de ingrato...o peor.
No le importa que siempre la visite, que las excrituras resplandezcan en sus pupilas y al extasiarse con el canto de los pájaros y su recuerdo.
Será que sus servicios ya no alcanzan, son demasiado obvios; las excrituras tienen su propio proveedor: la lenta agonía de las palabras.

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