domingo, 31 de julio de 2016

EXCRITURA DEL IMPERATIVO CATEGÓRICO DE PICHUCO

La radio que se imaginaba Emanuel Kant
a toda hora pasaba tus tangos.
Y él abría las ventanas y la razón
trazaba un horizonte trascendental, cualquiera.
Después paseaba entre los árboles
para encontrar el borde.de tus párpados.
Así todas las tarde sublimes de su vida
con tus cuatro o cinco notas de Danzarín.
Es que, según parece, en Königsberg
la nada no costaba casi nada...
Pero acá, ya sabés, siempre es demasiado,
como estar así, colgado al ras del cielo, solo,
mientras los imperativos fuman y gritan:
¡llame ya!, la jaula de Troilo no para de silbar.
Total, la nada apenas cuesta toda la vida.

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