miércoles, 27 de julio de 2016

EXCRITURA DE CHARLES SIMIC

Salvo el pobre diablo,
nadie sabe lo que saben las infaltables escobas.

Enemigas de la lírica,
son como las solteronas sin ningún sueño.

Pueden vivir en monasterios
o acompañar, sin chistar, al carcelero.

Ninguna cree en las brujas,
aunque esperen, cada noche, el milagro del vuelo.

Pero todas sus enseñanzas
rechazan las pajas secas del optimismo.

Siempre barren lo mismo:
ese polvo opaco que anuncia cualquier muerte.

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