A LOS SOBREVIVIENTES
Ya se olvidó de la desesperación.
No escucha
ni ve, pero aun camina.
Nada podrá detenerlo,
nadie, hasta llegar
al precipicio y entrar a la casa.
Esas paredes cuidan su pasado,
tantos cadáveres
que todavía lamentan vida.
Sentado frente al jardín
solo mira un árbol.
A veces conversa con su sombra.
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