viernes, 7 de octubre de 2016

TIEMPOS MUERTOS

Cada día que pasa, pasa,
y después de sus frases inútiles
vuelve a recordar ese gesto,
el decidido y último de Pavese.

Ahora mira la ventana,
los árboles detrás de las rejas;
nada más que eso, una caída
y el mismo humo del cigarro.

Podría releer a Pessoa
y deshacerse con su compañía.
O quedarse así, adentro,
disfrutar del blanco cielo raso.

Aun no se anima...o duda.
Será la cobardía o la anhedonia;
pero además, ¿para qué?,
si en verdad ni pasan los días.

Pero peores son los versos
que se consuelan con la queja;
el pan todavía es el pan
y la luna, tan blanca, tan lejana.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario