UNA DISTRACCIÓN DE LA EXCRITURAS
En algún lugar olvidó a su distraída cabeza,
a cualquiera le puede pasar.
Por suerte, así es más sencilla la vida;
aunque se asusten algunos tontos.
Además, ya no le tiene miedo al espejo
y el corazón late más contento.
Pero sabe que esa no es la solución;
si alguien la encuentra...está perdido.
Solo confía en los perros vagabundos,
la esperanza pura de su olfato,
y que el hambre no tenga piedad de su mirada.
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