EXCRITURA DE MAROSA DI GIORGIO
Hay una sola muñeca con el alma de cristal.
Recién al salir a mi jardín, la vi
en la inmensidad del aire de las noches.
Sobre ella pende una mariposa lila
y otra azul, más grande, invisible.
Entre las perlas perfumadas de la cajita,
sus ojos abren las alas y las estrellas.
Vestida de organza y porcelana,
ella vive en la magia profunda del estío.
Me pregunto: ¿cuándo se habrá contagiado de Dios?
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