sábado, 15 de octubre de 2016

NINO, EL NIÑO ASESINO.

Al lado de mi casa, al salir,
cada día, asombrado
veo al pequeño Nino.
Hijo de la verdulera,
dueño de la vereda y el universo.
Como los niños, todos
-y un poquito más-,
suele ser inocente y despiadado.
No respeta a nadie,
no obedece ninguna orden.
Nunca se entiende qué dice;
pero sé. y es increíble,
que le teme a mi perro.
Pero ayer, por suerte,
se hicieron amigos.
Nino se había lastimado una mano
y mi perro, sin dudar,
le dio un par de lambeteadas.
Tan simple... una hermosura.
Espero, lo deseo,
que ese hecho insignificante
¡ay! no cambie las cosas.
Pude ver el fuego en tus ojitos,
la gran rebelión de los ángeles
y su anhelada venganza.
Vamos, Nino, mi adorable asesino,
de una vez y por siempre,
destruí todo este horrible mundo.
Te lo pido por favor,
yo y también mi perro Pipo.

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