miércoles, 12 de octubre de 2016

EXCRITURA DE JUANELE

Si pudiéramos responder a las voces en la vibración del aire;
pero ese sentido no está, ahora, ni siquiera en él,
y hasta la melancolía del río es un enigma,
eso invisible que se hace y deshace en su propia forma.

Cada uno de estos momentos sin un nombre,
su latido, oscuro, se libera en sus versos.
Además, ve otra vez el color que no llega a ser flor.
O lo que huye, en una frágil rama celeste.

Pero no abandona el misterio de la orilla,
desde ahí puede imaginar el universo,
ese sauce tan alto que va y viene sin detenerse,
y él quisiera ser el vacilar de su sombra.

¿Esa nubecita que cae no inventa a lo desconocido?
Hay en la sombra una mirada, afuera de él,
como un tejido desgarrándose en la vieja danza...
Quizás, así, habrá que llegar vencidos al cauce de la eternidad.

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