LAS MOSCAS DE LA CABEZA
Ahora, ya perdido del otro lado,
solo piensan las moscas de la cabeza.
Quietas, aprietan sus mil ojos,
para no ver las palabras en las sombras.
A veces vuelan, dan vueltas
y tratan de escapar o romperse las alas.
Pero saben que no hay salida,
ninguna; apenas ese zumbido en el silencio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario