CONSUELO DE UN POETA MENOR
Una vez más esa tristeza:
los versos cansados,
casi sin vida.
Ya no sirve insistir,
¿para qué?
Siempre lejos las musas
y el cielo,
su inmensidad.
Ahí, desde el balcón,
sin sombra,
la tarde muda
y mira al viejo árbol,
tan silencioso,
pero aleja su deseo,
otra metáfora
tan obvia...
Basta de palabras,
el fracaso es un gran obra.
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