miércoles, 6 de julio de 2016

LAS CUCARACHAS DE LAS EXCRITURAS

A las excrituras ni siquiera les importa lo que dicen sus propias palabras. Solo las observan, sin asombro, como a cucarachas rarísimas que salen de algún rincón sucio. A veces no pueden evitar el típico pisotón; pero, en general, tratan de restarles valor, aunque sientan un poco de asco.
De todas maneras saben que son inofensivas, o no. El idiota nunca juega con ellas; si encuentra alguna se tapa los ojos con las dos manos y no se mueve, espía entre los dedos hasta que desaparece...Kafka, seguramente, lo hubiera entendido: él tampoco podía soportar a Gregorio Samsa.

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