PROHIBICIONES
Sin los cigarrillos cada minuto es peor que la eternidad
-solo cuatro por día-
y no sirve comerse las uñas ni los dedos,
ninguna enfermera escucha las súplicas.
Ni siquiera detienen su andar,
la cara es un rotundo y cruel ¡no!
Así que solo queda esperar,
que pasen las horas y mirar el piso,
y buscar la manera de engañar al vicio,
olvidar -inútilmente- el oro de la nicotina;
pero no sirve, en mi fracaso solo imagino una máquina de humo
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