LA SERPIENTE DEL HUMO
Cuando logro dormir en el patio, desde el gran árbol -el más frondoso- desciende entre las sombras una forma luminosa que, al llegar a la tierra, se convierte en una serpiente casi invisible. Antes de moverse gira su cabeza en todas las direcciones; aunque a la distancia se advierte que carece de ojos. Luego, lentamente, comienza a arrastrarse entre los internos, los acaricia, los rodea llena de bondad, hasta llegar a mi lugar, Imposible apartarla, ya está cerca de mi cuello y sube...De pronto siento que me aprieta el pecho y apenas puedo respirar. Finalmente me besa, fatal, y desaparece; al volver en sí siento que es el humo que escapa de mi boca, siempre el vicio.
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