jueves, 5 de noviembre de 2020

 LA BENDICIÓN DE LOS PÁJAROS


Cada interno tiene a su propio pajarito,

algunos grises,

otros coloridos o tuertos,

y cantan para las frías sombras.

Ellos, atentos, los cuidan desde los árboles,

comen migan juntos,

a veces conversan,

y miran hacia el cielo.

Debe ser una manera de sentir la libertad,

entre las ramas,

arriba, casi invisibles,

y dan saltos, buscan la luz.

Y cuando tiene que hacer sus necesidades,

no se preocupan,

sin ningún aviso,

los cagan en la cabeza.

Así los internos reciben la bendición de la locura.

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