jueves, 5 de noviembre de 2020

 EL MUNDO REAL


A ninguno de los internos les importa la plusvalía 

y menos aun, las leyes del mercado.

El imperialismo es celuloide,

un tropiezo gracioso y sin sentido.

A ellos le interesan los crímenes pasionales,

los milagros en islas fantásticas;

pero tampoco les provocan asombro:

todos prefieren los bizcochitos de grasa.

Y por supuesto, tienen razón,

las morales del afuera no deja tomar mate tranquilo.

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