jueves, 5 de noviembre de 2020

 MITOS DE LOS INTERNOS


Ya han pasado unos largos meses y sigo sin conocer a los mitos de los internos. Cada relato, roto, desviado, casi sin trama, solo es una continuidad mágica de ruidos sin origen. La aparente festividad de los rituales elude, siempre, el núcleo de las convenciones, como si se anulara la distinción entre el discurso y la realidad. Las tradiciones de los internos arrastran los cuerpos hacia dimensiones inesperadas; a veces, dolorosas, otras, delirantes claro que mis observaciones no tienen la rigurosidad de los estudiosos. Quizás debo estar más atento, escuchar los silencios, las muecas sin destinatario, las maneras de caminar en círculo, su manera de tomar mate, reír...y acaso yo mismo participe de esos mitos del simple estar- Uf, qué lío. Por suerte llego Juan Gabriel, más importante que Levi Strauss: nadie sabe cómo pasa los cigarrillos por el control.

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