jueves, 5 de noviembre de 2020

 CALOR DE DIOS


Cuando a las seis nos largan al patio

todavía no asoma el sol.

Las zapatillas muertas de frío

y las manos como cubitos.

El loro Pedro grita, insulta,

pero en verdad se ríe...

Él nunca está enojado.

Solo que así entra en calor

y eso no da resultado,

putea al Padre Celestial

mientras besa exaltado a su crucifico.

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