jueves, 1 de junio de 2017

30

Siempre volviendo a lo mismo, siempre.
A las primaveras de lluvias pasajeras
desde tinglados, rotos, junto al río,
los resplandores mínimos del agua,
llamadas de una imaginación sin origen.
Algunos sueños escondidos en las olas,
y las palabras vueltas al revés, plegarias,
ante el descuido de un poco de cielo,
demasiado cerrado, oscuro, apenas
un lucecita más allá de las memorias.
Sin saberlo, solo éramos esas tardes
que acaso no recuperarán nuestros pasos.

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