UNA VICTORIA
Esa mujer pudo liberarse, decidir
su propia muerte.
Alguien logró acercarse
y le preguntó: "¿cómo te sentís?;
con su hojita de afeitar
le respondió: "yo ya estoy bien".
Un SS quiso evitarlo
y lo golpeó con su sangre.
Pateada, insultada,
ella, y para siempre, logró vencer.
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