MERCANCÍAS HUMANAS
Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta;
en el mío solo éramos cuarenta y cinco.
Uno de los famosos trenes de guerra alemanes,
aquellos de los cuales,
tantas veces, habíamos oído hablar...
Vagones de mercancías,
cerrados desde el exterior,
y dentro hombres, mujeres, niños
en un viaje hacia lo más bajo, el fondo.
Esta vez, claro, era todo distinto: entre los otros estaba yo.
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