miércoles, 7 de junio de 2017

EL DIOS MERCANCÍA


Todavía soy aquel hombre antiguo,
que ha leído a los clásicos,
ha recogido uvas en el viñedo,
ha visto salir y ponerse el sol;
y luego vivió en pequeñas ciudades,
entre pícaros, fabuladores y putas,
donde un caserío o una tapia
eran una verdadera obra de arte.
Pero no sé qué hacer con este mundo,
unificado por el neocapitalismo,
tan eficaz , tan veloz, tan falso,
solo creado con la violencia
por la necesidad de producir y consumir.
No puedo adorar a las Mercancías.

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