NOCHE DE LA CALLE
El viejo no lo quería hacer,
ni siquiera lo pensó.
El niño andaba solo...
tanto frío.
Dejó que se acomodara,
que abriera sus manos.
Al sentir ese calor
recordó a su propio cuerpo.
No se dio cuenta
y durmieron toda la noche.
A la mañana, juntos,
salieron a buscar comida.
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