domingo, 19 de junio de 2016

EXCRITURA DE ALLEN GINSBERG


Salvo por mi perro Pipo
ya no se escucha ningún aullido.

Nadie está a salvo,
todos afuera de la eternidad.

¿Quién cultiva margaritas
para ese ángel rubio de la luz?

Ahora solo suenan bombas
y las mentes tiemblan, las peores.

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