EXCRITURA DE ANTONIO CISNEROS
Solo recordar esa calle
para no nombrar sus ausencias,
sus piedras en la memoria.
Nada más, y recordarla antes que se hunda
bajo los pasos del dictador.
Hasta los perros fueron muertos por la Urbanizadora.
Todos los muchachos, estatuas de sal.
Esa calle sin nadie,
donde pisé una botella rota.
No sé ni para qué, y después olvidar.
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