EXCRITURA DE PAUL VERLAINE
El cielo todavía arriba de los techos,
un árbol mece su copa.
La campana tañe dulcemente
y un pájaro canta su queja.
¿A dónde irán esos rumores?
Pronto vendrán los ojos de la noche.
Todo en la ventana abierta;
Dios, tan simple y tranquila es la vida.
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